15 noviembre 2009

La Celeste, a un paso del Mundial de Sudáfrica.

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Uruguay se lleva de Costa Rica una victoria (1-0) que lo deja con el pasaje a la Copa del Mundo de 2010 en el bolsillo. Fue una victoria, justa, clara e inobjetable. Lamentablemente, el equipo que dirige Tabárez, nunca llega a dar la nota resonante, la definitiva, que ahuyente todo tipo de dudas sobre su verdadero potencial e ilusione a todos. Ganó, sí… pero no quedó esa sabor de boca dulcificado por una gran presentación y un triunfo concluyente por goleada que pudo, perfectamente lograr.

¿Se imaginan a Brasil, Argentina o Chile en ésta instancia? Hubieran dado un show de pelota porque la modestia del adversario era de tal magnitud, que no llegó nunca, en toda la noche, a inquietar a Muslera con una jugada dentro del área, surgida por combinación y habilidad de sus hombres.

Claro, hay que rescatarlo y reconocerlo, eso fue mérito del gran trabajo defensivo de la última línea, apoyado en una presentación estupenda de Lugano en el fondo y Eguren en el medio, bien secundados por Victorino, Godín y Alvaro González en la tarea de contención.

El gusto agrio en la boca por esa goleada contundente que se debió alcanzar, no llegó por diversos motivos. Vamos a enumerarlos…

El campo sintético: Podemos considerar al césped artificial como el gran problema que enfrentó el equipo. La pelota muy rápida, debido a la lluvia que cayó en la tarde, se hizo incontrolable, principalmente para marrar tantos pases en la última jugada. Hubo una que fue muy clara. Sebastián Fernández se fue solo por la derecha, picó y ganó. Cuando quiso controlar la pelota, se le escapó como taponazo y se perdió afuera. Tampoco Lodeiro pudo afirmarse en el terreno. Su zurda de seda no encontró el terreno adecuado para que pudiera construir fútbol de alta técnica. En cambio, la línea defensiva celeste y el mediocampo, se "prendieron" bien en el terreno, se afirmaron siempre y jugando con atención, no cometieron un error en todo el cotejo.

La falla en el último pase: Volvió a reiterarse, aquí sobre el terreno sintético, lo mismo que ha ocurrido en tantos partidos sobre grama natural. Después de construir la jugada, cuando hay que habilitar y destapar al compañero para dejarlo de cara ante el arquero, o se va largo, o queda corto, o lo intercepta un zaguero. Pero lo grave, en esta ocasión, fue que también se fallaron muchas entregas en la mitad del terreno.

El momento de Forlán: Es indudable que Diego pasa por una de esas fases tan comunes en los goleadores, cuando no andan con buen pie. Pone toda la atención, se concentra, procura no equivocarse. Pero a la hora de la ejecución, de la definición… llega la falla y la pelota se va a las nubes. Es cierto que, con el Forlán en buena fase de otros partidos, la rotunda y esperada goleada se hubiera concretado.

La ausencia de "sociedades": El equipo continúa adoleciendo de la carencia de "sociedades" de media cancha hacia adelante. Tabárez intentó con el debut de Nicolás Lodeiro, dar un sacudón a todo el equipo, apostando que la alta técnica del sanducero iba a cambiar el panorama. No fracasó. Pero la cancha sintética y la marca individual a que fue sometido al comienzo, conspiraron contra la formación de la esperada "sociedad" con Forlán. El ingreso de Jorge Rodríguez nuevamente encendió la esperanza de verlo como en River. Pero nuevamente se quedó en insinuaciones.

LAS COSAS POSITIVAS

Las dejamos para el final para cerrar la nota de conclusiones con la esperanza de que en Montevideo, en terreno natural, el equipo brinde el esperado espectáculo de la victoria contundente, para hacer realidad aquello de "ganar, gustar y golear", que tanto esperamos del equipo oriental. Vamos, también, a enumerar los aspectos positivos que los hubo y muchos.

Superar las ausencias: El equipo llegó diezmado por las suspensiones de jugadores, algunos de los cuales se extrañaron y en gran forma. Por ejemplo, Diego Pérez que estaba en una gran fase de rendimiento. Con él, sumado a lo mucho de bueno que hizo Eguren, de pronto el rendimiento de media cancha hacia adelante bien pudo ser otro. Pero hay gran valor en el triunfo, justamente, porque algunas ausencias generaban interrogantes sobre el rendimiento del conjunto.

El trabajo defensivo: Estuvo a la altura de lo que exhibió en Quito ante Ecuador. No hubo fallas de contención, salvo por el sector izquierdo donde la habilidad y el manejo de Bolaños complicó la tarea de marcación de "Palito" Pereira. Pero la ausencia de Maximiliano Pereira, fue estupendamente cubierta por Álvaro González, y la falta de Cáceres y Scotti, tuvo en un eficiente Victorino, la firmeza necesario para no desentonar. A ellos se sumó Godín, recuperando su nivel.

La actitud, la presencia, digamos… la garra: En este aspecto no hubo flaquezas. La totalidad de los jugadores, inclusive de aquellos que no estuvieron en la plenitud de su juego, lucharon en todo momento. Demostraron un enorme sentido de equipo, para marca, correr y apoyar siempre al compañero. Uno de los ejemplos fue Forlán, que a pesar de no llegar a su nivel, se le vio marcando y corriendo rivales, como si fuera un marcador. Vale y mucho, que ninguno haya retrocedido ni un paso a la hora de la entrega, del esfuerzo y del aporte físico.

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Puntuaciones de los jugadores:

MUSLERA (7): Garantía absoluta debajo de los tres palos. Exhibe una solvencia y tranquilidad realmente llamativas. Solo en una incidencia quedó a mitad de camino cuando Ruiz le cabeceó sólo, peinando la pelota en el punto del penal. Lo bueno, finalmente, es que Tabárez encontró la solución a un puesto clave como lo es el del golero.

ALVARO GONZALEZ (7): Gran trabajo. Apareció en el primer tiempo como salida empujando al equipo al ataque. Luego, en la marca, no lo pasaron en ninguna oportunidad, clausurando totalmente su lateral.

LUGANO (9): Un baluarte defensivo. Jugó uno de los grandes partidos con la celeste. Tuvo condición de mando, no se excedió en brusquedades, ganó siempre por alto en las dos áreas. Gritó, impuso presencia, se hizo sentir. Y de yapa el gol que es absolutamente mérito exclusivo de su entrega. El mejor.

GODIN (7): Retomando su buen nivel. No tuvo errores, marcó con firmeza, cerró su zona en el área y no lo pasaron nunca.

ALVARO PEREIRA (7): Es difícil redondear un comentario sobre su actuación, porque tuvo momento notables, principalmente en las subidas al ataque, pero no pudo controlar al pequeño Bolaños que le complicó la vida. Sin embargo, por su entrega, por lo bien que se mandó al ataque, por ese remate a los tres minutos que casi termina en gol, suben la nota al nivel de sus compañeros de defensa.

ALVARO FERNANDEZ (5): Le costó meterse en el partido. Obligado a marcar, a poner atención en la contención, un hombre como él que es más hábil como organizador y salida al ataque, encontró dificultades para desarrollar ambas facetas del juego. De todos modos estuvo atento y no descubrió su zona.

EGUREN (9): Le sigue en orden de méritos a Lugano, aunque le ponemos la misma puntuación. ¿Por qué? Porque desde que se inició el partido estuvo "enchufado" como nunca, consciente de cual era su función y la tarea que debía desarrollar. Robó mil pelotas y las pasó, generalmente bien. Marcó y quitó innumerable cantidad de balones. Tuvo, además, firmeza defensiva y capacidad de marca. Creemos que el partido comenzó a ganarse, en una gran trancada suya, sobre la izquierda, a poco de comenzar el partido. Fue a una pelota dividida con un rival, y trancó como William Martínez o el Tito Goncalvez. Le movió hasta los dientes al costarricense. Como si todo esto fuera poco, tácticamente fue contundente ya que nunca perdió la mitad de la cancha.

LODEIRO (7): El debut con la celeste, a los 19 años y toda la responsabilidad que se puso sobre sus hombros, no es fácil para nadie. De pronto, por el análisis global de su rendimiento, la nota que le ponemos puede ser exagerada. Sin embargo, lo puntuamos de esa forma, porque tuvo la claridad de los grandes jugadores en el momento justo. Un perfecto pase suyo, originó la jugada del gol de Uruguay.

SUAREZ (-): Preferimos no darle puntuación. Lo estamos esperando. Para nosotros es un "pichón" de Hohberg y estamos seguros que pronto volverá. Cuando vuelva a serenarse, a ganar confianza, a no ofuscarse con los demás porque no está en su nivel, ahí volverá a ser la gran esperanza del fútbol uruguayo en la Copa del Mundo.

FORLAN (8): Con poquito volvió a ser decisivo y fundamental. La jugada previa al primer gol, tras recibir pase de Lodeiro, de donde surge el córner. El desborde fenomenal, casi sobre el final, el centro para Sebastián Fernández perfecto, que debió culminar en el segundo gol. Con eso ya alcanza para destacarlo a pesar que él mismo sabe, que atraviesa esa fase negativa que tienen todos los grandes goleadores.

JORGE RODRIGUEZ (5): Insinúa muchísimo más de lo que concreta. Llenó de ilusiones a todos con su ingreso y su explosión. Pero pronto se apagó. Le está faltando su gran presentación con la celeste.

SEBASTIAN FERNANDEZ (6): Con tres toque perfectos de pelota, dos piques, y el cabezazo que iba a las mallas de no ser por la mano del defensor costarricense, ya sobresalió. De pronto, con más tiempo en el campo, hubiera podido liquidar el partido convirtiendo goles o habilitando a Forlán.
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La Celeste, a un paso del Mundial de Sudáfrica.

Fuente: tenfieldigital.com.uy
             fifa.com

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